Pacientes y trabajadores de la salud ignoran la importancia de la salud mental. ¡Grave error! Desligarla de la salud física, no nos permitirá mejorar plenamente.
Diversos estudios han demostrado que las personas con diabetes enfrentan un riesgo dos o tres veces mayor de desarrollar depresión. Así mismo, quienes padecen de depresión, también tienen mayores posibilidades de padecer diabetes. Aunque no se conoce con certeza la razón, es posible que estos individuos mantengan una dieta poco balanceada, lleven un estilo de vida sedentarios, limiten su vida social al ámbito digital en lugar del real, descuiden su bienestar y recurran al consumo de drogas y/o alcohol.
Padecer de diabetes ya supone un desafío en la vida diaria. Además del estrés común a todos, manejar la enfermedad requiere de mucha disciplina: Realizar pruebas de azúcar de tres a cinco veces al día, planificar la mayoría de las comidas, administrar insulina y/o tomar medicamentos varias veces al día, cargar con múltiples dispositivos y vigilar ciertas actividades que podrían afectar los niveles de azúcar.
Detectar los síntomas de la depresión es crucial
Algunos indicadores pueden ser el cansancio, la tristeza, la sensación de vacío, cambios en el apetito, problemas del sueño, falta de concentración, libido bajo, dolores corporales y la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
La depresión en personas con diabetes aumenta el riesgo de complicaciones, disminuye la calidad de vida y podría incluso aumentar la mortalidad. Cuando la depresión no se controla adecuadamente las personas tienden a descuidar su atención médica, restando importancia a su salud y futuros riesgos.
Es evidente que la salud mental afecta directamente la salud física, subrayando la importancia de tratar a las personas de manera integral. El riesgo de depresión aumenta cuando las complicaciones diarias afectan la calidad de vida, desencadenando un cuadro depresivo. Este círculo vicioso debe ser detectado y gestionado lo antes posible para evitar tragedias.
Ciertas actividades podrían ayudar a controlar la diabetes y la depresión. Entre ellas se encuentra la actividad física, mejoras en la nutrición, la abstención de alcohol y drogas, la mejora de la higiene del sueño, la participación en grupos de apoyo y el cultivo de relaciones positivas con otras personas. Además, la meditación y ejercicios como el yoga y el tai chi pueden ser beneficiosos. Buscar la ayuda de un terapeuta o consejero de salud mental es también una opción recomendable.
Si está teniendo síntomas que podrían indicar depresión, busque ayuda y comunicarse con su médico lo antes posible.
Por: Dr. Kenneth Rodríguez
Endocrinología
Central Florida Endocrine